 |
© AP
|
UN
PARAISO DE NIEVE Y SEDA.
Escondidas en un apartado valle de Japón,
las villas de Shirakawa-go permanecieron
aisladas del resto del mundo durante. Gracias
a ello se han preservado intactas e incluso
han conservado su forma de vida tradicional,
basado en la cría de gusanos de
seda. También el turismo es una
importante fuente de riqueza, especialmente
desde que en 1995 la UNESCO incluyó
estas granjas en su lista de Patrimonio
de la Humanidad. Uno de los mejores momentos
para verlas es en invierno, cuando están
cubiertas de nieve. |
|
|