Dicen que esta es la historia jamás contada del Everest. Y es cierto. En primer lugar porque después de editarse miles de páginas sobre esta legendaria montaña escritas por autores occidentales le llega el turno a un nepalí. En segundo, porque el nivel del texto que nos ocupa es, en líneas generales, muy superior a la media de los supuestos clásicos. Y en tercero, porque quién firma este libro, «Más cerca de mi padre», no es otro que Jamling Tenzing Norgay, hijo del primer hombre que ascendió, junto a Edmund Hillary, a la cumbre más alta de la Tierra.
«El peregrinaje se considera a menudo un complemento físico del modo de vida espiritual», escribe el Dalai Lama en el prólogo. «Ambos requieren una actitud especial, una preparación cuidadosa, valor para vencer los obstáculos que aparezcan en el camino y cautela ante el peligro. Los miembros de los grupos de escalada adquieren una aguda conciencia de su dependencia de los compañeros y, al mismo tiempo, de su propia responsabilidad hacia ellos».
La montaña es solidaridad. Y sacrificio. De todo eso habla este libro, que narra de una forma muy especial una historia vieja y ya conocida: la ascensión de un hombre a la cima del Everest.
El hombre es un sherpa, hijo de sherpas, y sabe muy bien de que escribe. Conoce la montaña como sus compañeros occidentales, pero tiene una visión espiritual de la que estos carecen. Esa capacidad para reflexionar en la zona de la muerte, y para disfrutar de aspectos de la montaña que para otros resultan inalcanzables. Un hombre de la montaña que nos cuenta, como ya hizo su padre, que es más fácil que los sueños se hagan realidad por encima de los 8.000 metros. Esa es la grandeza de este libro.
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