El río de la vida. Eso es el Tajo para los habitantes de las 81.000 hectáreas que ocupa su cuenca hidrográfica, más de diez millones de humanos y cientos de millones de especies animales y vegetales. Un río largo, grande, caudaloso. Un río que bendice paisajes, que riega huertas y atraviesa países y ciudades. Un río que nace en la sierra de Albarracín y atraviesa las dos castillas, Extremadura y Portugal para morir en el océano Atlántico. Esta obra maestra de la naturaleza ibérica merecía un libro como «El Tajo, destino de ríos y de hombres».
Un libro grandioso por su tamaño, por la calidad del papel y de la impresión, por las magníficas fotografías y los ajustados textos. Un libro que hace justicia con un río y cierra un ciclo, el del agua, el de la vida.
Ignacio García del Pino escribe sobre «Los paisajes fluviales del Tajo», y Miguel Angel Sánchez Pérez sobre «El Tajo y sus ríos». De la fotografías se encargan Fernándo Cámara Orgaz, José Luis de la Cruz Alemán, Miguel Ángel de la Cruz Alemán y Miguel Angel Sánchez Pérez. Todos participan en un trabajo poco habitual por lo hermoso a nivel visual y por lo serio de sus textos.
Pasar las páginas de este libro equivale a sumergirse en las aguas de un río virgen. Podremos contemplar los alcornoques pelados de las dehesas del valle del Tiétar, admirar el vuelo de las grullas dirigiéndose a su dormidero extremeño, observar los sangrientos colores del sol reflejado en el embalse de Maranhao... La obra definitiva sobre el Tajo.
|