El juarense Miguel Santana ha escrito la historia de dos ciudades: Ciudad Juárez y El Paso. O lo que es lo mismo, ha escrito una historia de la frontera, ese lugar donde la tierra permanece incandescente, los lagartos son venenosos y los tragos arden en la garganta. En este supuesto infierno viven los indios tarahumara, una etnia indómita que ama el lugar donde nacieron sus abuelos y que lucha por encontrar en la felicidad. Santana nos desvela con una literatura magnífica los secretos de varias generaciones. Fascinante desde la primera línea: «Se llamaba Aída y aclaró que había bajado de las montañas a causa del pecado de su madre».
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