José A. Valverde fue científico, viajero y, como demuestra este primer volumen de sus memorias, escritor. Biólogo especialista en vertebrados, investigó en los campos de la zoogeografía, la evolución, la sistemática, la antropología y la ecología de las comunidades. Y viajó.
Siempre que pudo comprobó sus teorías sobre el terreno, bien en el sur de España, bien en los humedales de La Camarga francesa, bien en el norte o el centro de África.
Sus aventuras, porque sólo de esta manera pueden calificarse las historias que cuenta en sus memorias póstumas, van a ocupar siete tomos, siete volúmenes repletos de viajes, anécdotas, personajes y descripciones geográficas y naturalistas.
En «Orígenes castellanos», el primer volumen de sus memorias (los seis siguientes se publicarán durante los próximos seis meses, a razón de un tomo por mes) Valverde nos habla de su niñez, de sus estudios, de sus primeros desplazamientos en busca de fauna y flora, de su amistad con Félix Rodríguez de la Fuente, de su primer viaje a Marruecos y de sus experiencias como ornitólogo en las regiones inundadas del sur de Francia... Y lo hace con una grandiosa facilidad para ser, al tiempo, ameno y pedagógico.
Valverde, entusiasta del mundo que nos rodea, fue un genio, y como tal revolucionó el mundo de las ciencias naturales y la exploración en España. Ahora da un vuelco a los libros españoles de exploración, ciencia y viajes.
En 1963, cuando la conservación española estaba en pañales, Valverde compró 10.000 hectáreas de terreno y estableció la Reserva Biológica de Doñana, la base de lo que hoy es el Parque Nacional de Doñana. Es sólo una de sus gestas. A medida que el resto de sus memorias aparezcan en el mercado podremos acompañarle en sus recorridos como pionero de la fotografía de naturaleza (Almería y Sierra Nevada), en sus estudios de las aves del desierto (Sahara), en los análisis que realizó de la fauna de África tropical (Guinea Ecuatorial)...
Y veremos cómo comparte jornadas de trabajo con encantadores de serpientes marroquíes, pescadores del Guadalquivir, balleneros gallegos y cazadores de lobos leoneses. Un científico único e irrepetible que viajó para aprender, y que ha dejado las memorias más interesantes, sorprendentes y divertidas que se pueda imaginar. Absolutamente imprescindible.
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