«El riesgo de vivir» es la biografía de un hombre que ha dedicado todo su tiempo a la aventura. Las enciclopedias utilizan para describir sus hazañas el mismo tono admirativo que se puede leer en las páginas dedicadas a Livingstone, Darwin o Lewis y Clark. Los personajes más poderosos de su país, Inglaterra, aseguran que el mundo sería un lugar mucho más aburrido sin él. Millones de personas siguen fielmente cada uno de sus viajes, leen atentamente sus narraciones y envidian su modo de enfrentarse a la rutina.
Nuestro hombre es una leyenda. El heredero legítimo de los más grandes exploradores de la Historia y, posiblemente, el único explorador auténtico vivo. Lejos de los aventureros de pacotilla a los que nos tienen acostumbradas las televisiones, esa generación de vividores de derechas que emplean todas sus energías y sus conocimientos en buscar subvenciones para su manutención y sus descabellados proyectos, Fiennes cree en lo que hace. Y sueña con un mundo mejor, más pequeño y menos desconocido, gracias a los descubrimientos que aportan sus siempre positivas ideas.
Vivió sus primeros años en Africa. Después padeció la férrea disciplina militar y, finalmente, se lanzó a vivir. Aterrizó en paracaídas en un glaciar de Noruega para estudiar la topografía de la región. Investigó las fuentes del Nilo después de llegar a ellas en hidroavión. Rodeó la tierra siguiendo la línea del meridiano de Greenwich. Buscó durante años la ciudad perdida de Ubar... Todo lo hizo con gran intensidad, y con la imperiosa necesidad de que sus esfuerzos, siempre arriesgados y en ocasiones suicidas, nos ayudasen a entender un poco mejor el mundo en que vivimos. Este libro, amplio y magníficamente documentado, nos descubre a un viajero espléndido, un compañero divertido y un escritor ameno y riguroso.
Una obra imprescindible para que la palabra aventurero recupere todo el crédito que le ha sido robado en los últimos años.
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